16 octubre, 2012

TREN DE VILLA EL SALVADOR NO DEBE SER CONSIDERADO EL “METRO DE LIMA”


Nosotros los peruanos somos muy aficionados a poner títulos rimbombantes para llamar la atención o hacer creer que hemos cumplido con lo tan ansiado, sin que por ello se cumpla con lo cometido.

Eso probablemente es lo que está ocurriendo con nuestro primer tren eléctrico elevado que se diseñó para desplazarse por zonas de poca población, incluyendo una de sus terminales y en donde el objetivo alcanzado es el de un transporte masivo suburbano mas no el de un sistema que deba pertenecer a una red de metro subterráneo tal como las que existen en muchas ciudades importantes del mundo. Una golondrina no hace el verano y simplemente por el hecho de ser un tren, el medio empleado, no necesariamente lo convierte en un metro.


Un metro o subte es una red debidamente concebida para resolver los problemas de lentitud de desplazamiento debido a la congestión vehicular. No se trata pues de diseñar una ruta de bus o tren en una avenida muy congestionada sino de resolver los problemas de congestión de toda una zona en particular, en especial céntrica y de gran población. Los trenes o buses que se desplazan en zonas de poca densidad son por lo general sistemas de acceso a las zonas céntricas y pueden identificarse como sistemas suburbanos.
Si bien es cierto que hay muchas zonas congestionadas en nuestra metrópoli y que no pertenecen al cercado de Lima, también es cierto que nuestro cercado está sumamente congestionado y tiene sin lugar a dudas la primera prioridad para resolver los problemas de tránsito que lo aquejan.

Por ello es que creemos fehacientemente que la red de metro que necesitamos, debe partir del mero centro de la capital, cubriendo una vasta zona céntrica con varias líneas de tren subterráneo interconectadas mediante estaciones que permitan el intercambio entre ellas sin necesidad de pasaje adicional. Para ello es necesario desde un comienzo diseñar las estaciones con tantos niveles de rutas como sean necesarios para poder cubrir las necesidades de la ciudad.

Es más importante que esta red consista de unas siete líneas de corta longitud y que en total no sumen más de 40 o 50 Km, que una o dos líneas de 30 Km cada una, que atraviesan la capital de cabo a rabo uniendo dos centros poblados periféricos que nada tienen que ver entre sí. Posteriormente se extenderán estas líneas de metro lo necesario, sin que por ello se pierda el concepto de transporte céntrico y más allá de lo cual se podrá extender la ruta mas no la línea, pudiéndose emplear para ello trenes ligeros o líneas de buses.

Si el lector está de acuerdo con lo expresado aquí, entonces también estará de acuerdo de que la línea del tren eléctrico elevado que unirá Villa El Salvador con San Juan de Lurigancho, nada tiene que ver con la red de metro que estamos concibiendo. Más aún, Se complicaría seriamente el proceso de licitación internacional, que tendrá que hacerse para su construcción y operación, por que los postores tendrían que aceptar dentro de su proyecto instalaciones que ellos no han contemplado, muy probablemente con tecnología y fabricantes de equipo diferentes a los que ellos desean proponer.

Aprovechamos estas notas también para hacer notar que el sistema Metropolitano de buses, con troncales principales por vía segregada (COSACs) y líneas alimentadoras deficientes por no disponer de paraderos iniciales de alta densidad de pasajeros, no llegan a conformar una red funcional por que se confunden conceptos operacionales. Las rutas de acceso a la capital deben terminar su recorrido a las puertas de ella y no atravesarla como lo hacen tanto el sistema desreglamentado de buses como el propio Metropolitano.

 Diseñar el sistema para que los pasajeros realicen un mínimo de intercambio de buses es un grave error por que obliga a tener más líneas que lo necesario, tal como vemos lo que ocurre en el sistema desreglamentado “inventado” durante el primer gobierno de Alberto Fujimori. Los sistemas deben diseñarse concibiendo un promedio de tres a cinco transbordos, sin que eso ocasione un aumento en el precio del pasaje.

Carlos Reyna Arimborgo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Para correr primero hay que a caminar, muy lindos planes los suyos pero muy fantasticos e irrealizables.
No seria mejor construir autopistas independientes en diferentes niveles -digamos unas 10 en cada sentido cada 15 metros de altura y en todas direcciones- y que cada habitante de Lima tenga su propio auto/jet?
5 trasbordos para llegar a la meta? sera bueno para los trenes pero, se ha puesto a pensar en el usuario?
Zapatero a tus zapatos.

Unknown dijo...

Hola Anónimo;
Efectivamente, para correr, primero hay que caminar y lo venimos haciendo desde mediados del siglo pasado y de tanto caminar ya nos hemos olvidado de correr. Pero para mi no se trata de correr sino de hacer buenas obras de las cuales no tengamos que arrepentirnos en el futuro. No son sueños señor anónimo, ni tampoco irrealizables. Se trata de hacer las cosas en forma ordenada y económica.
Veo que usted si tiene sueños irrealizables y lo invito a que exponga el diseño de las autopistas que propone. Por mi parte, no estoy interesado todavía en ese tipo de proyectos sino de que mi Lima querida tenga un sistema de metro que atienda el centro de la capital, como Dios manda.
En cuanto a los transbordos que parece que ese ha sido la gota que colmó su vaso, le diré que también me excedí en mis comentarios, quizá por la misma razón que lo ha alterado a usted. Lo correcto es decir que en promedio debe haber unos tres transbordos y luego decir que habrá gente que no necesita hacer ningún transbordo para llegar a destino y otros que necesitarán por lo menos cinco transbordos.
Lo que me llama la atención es que no se haya percatado que el sistema de buses y micros desreglamentados, ordenado en 1991, durante el gobierno de Alberto Fujimori, tuvo como consigna inicial el “pasaje único” (cero transbordos, lo cual es iluso) con lo cual querían decir que con un solo viaje se llegaba a destino. De ahí pues la cantidad descomunal de vehículos de transporte público que tenemos.
Le propongo estimado anónimo que no malgaste sus energías haciendo críticas negativas. Lo que necesitamos ahora es aunar esfuerzos para obligar a las autoridades responsables para que se dejen de politiquerías y comiencen a tratar los problemas del transporte público en forma estructurada y sólo un organismo. El gobierno debe decidir si se responsabiliza de ello al MTC o al MML pero no a los dos.
No puedo terminar este comentario sin antes agradecerle por haberse molestado en leer mis artículos.