GENERALIDADES
Me imagino que la mayoría de los que
usamos a menudo los servicios del transporte público urbano (TPU), esperamos
con ansias que se pongan en servicio nuevos sistemas económicos y eficientes.
Para que esto se logre con éxito es indispensable que el sistema existente esté
en condiciones operativas y diseñado de tal forma que coopere con el nuevo
sistema o por lo menos permitir que coexistan de manera amigable.
Nada de esto ha ocurrido con la
entrada en servicio del Metropolitano, primeramente por que el sistema
existente opera en forma desreglamentada con una serie de informalidades que
impiden un buen desempeño coordinado. En otras palabras, el sistema
desreglamentado existente no estaba en condiciones de cooperar con el nuevo
sistema metropolitano de jerarquía superior sino todo lo contrario, ambos iban
a competir y eso se advirtió desde principios de este siglo.
Formalizando y jerarquizando al
transporte público desreglamentado, no hubiese habido necesidad de que el
sistema metropolitano cuente con una red propia de buses alimentadores. El
nuevo sistema de TPU hubiese provisto los servicios locales distritales más las
troncales de acceso a la capital no previstas por el Metropolitano.
Tanto el MTC como el MML son los
responsables de que el sistema desreglamentado no haya podido ser
reestructurado para poder coexistir amigablemente con los nuevos servicios de
jerarquía superior denominados Metropolitano y tren eléctrico.
Todo ello ha dado lugar a que se
incumplan metas que originalmente habían sido parte de la propaganda del
sistema METROPOLITANO como aquella que con un solo pago se podía hacer los
transbordos que fuesen necesarios para llegar a destino.
Continuará